Me gustaría ser infiel.
No por un capricho pasajero, sino porque lo necesito. Estoy cansado de despertar con ella, de caminar a su lado, de sentir siempre su presencia.
Tal vez hemos pasado demasiado tiempo juntos, y por eso su compañía me molesta.
Nos conocimos un Lunes, camino de la oficina, y no nos hemos separado más.
“¿Cómo te llamas?” le pregunté. “Depresión”, me contestó.
…le creo.
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